Enrique A. Fraga
Periodismo y Comunicación
martes, 12 de febrero de 2008
No hay nada que decir
¿Poco tiempo? Nada de eso, las horas se estiran como un chicle. Pero de sabor a sandía. Así que ojo con mirar el reloj cuando empinamos un tinto. No vaya a ser que nos de una pataleta. ¡Salud!
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