Los investigadores del tango suelen coincidir en que fue Buenos Aires la Ciudad que lo vio nacer. A partir de 1880 transcurría por su entrada en la modernidad y se volvía cosmopolita, tanto en su paisaje arquitectónico como en su composición social, trasformada por la fuerte corriente migratoria, mayoritariamente española e italiana.
En este contexto el tango comenzó a bailarse de forma marginal en lupanares y bares de arrabal, bajo la mirada y la crítica de la alta sociedad, avergonzada por los movimientos sensuales que el baile requería. Es sabido que fue aceptado socialmente en Europa antes que en las elites culturales de Buenos Aires, las que se sumaron a la moda a posteriori y con curioso snobismo.
Entre las características históricas del tango, una de ellas es su permeabilidad hacia la fusión. Está en su origen la combinación de músicas y ritmos, entre la habanera hispano-cubana, la polka, la mazurca y el vals.
Desde las primeras interpretaciones a fines del siglo XIX, con flauta violín y guitarra, el tango ha evolucionado en sus aspectos melódicos, armónicos, rítmicos y líricos. Esta primera etapa es conocida como la “Guardia Vieja”, en la que se destacaron Roberto Firpo y Francisco Canaro.
Ya en boga, a partir de las primeras décadas del siglo tuvo lugar la “Guardia Nueva” con sextetos que incluían bandoneones, violines, piano y contrabajo (representan a esta etapa Juan Carlos Cobián y Julio De Caro, entre otros). Al mismo tiempo, comenzaba el auge de los cantantes, cuya figura por antonomasia sería Carlos Gardel. Cabe mencionar también el surgimiento de letristas como Pascual Contursi, Enrique Santos Discépolo y Homero Manzi. Muchos supieron retratar poéticamente mediante el lunfardo los pormenores de la vida cotidiana del porteño.
La época de oro del tango fue la década del cuarenta con artistas como Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo y Horacio Salgán, Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche, entre muchos otros. Fue un momento de maduración del género y del boom de la industria cultural popular en la ciudad.
A partir de la década del cincuenta Ástor Piazzolla desarrollará una visión vanguardista del tango, que introducirá armonías y contratiempos jazzísticos y una interpretación musical más cercana a la música de cámara. Bajo este paradigma el baile será erradicado. Piazzolla mismo quería que su música fuera escuchada, antes que bailada.
No obstante, esta mirada moderna, resistida por los tangueros tradicionales, tuvo un gran anclaje en los jóvenes, quienes en los 60´ y 70´ experimentaron con la fusión entre tango, rock y jazz. Si bien la música de Piazzolla revolucionó el género, fue muy difícil para los músicos dar un paso más y salirse de la estética y el sonido “piazzollesco”.
Recién en 1999, un proyecto musical argento-franco-suizo gestado en París y conocido como “Gotan Project” clamó por “La revancha del tango”, nombre de su primer disco, al tiempo que propuso una mixtura entre estéticas electrónicas y tangueras la cual hizo furor en Europa y en los Estados Unidos. En 2002, los productores Gustavo Santaolalla (Argentina) y Juan Campodónico (Uruguay), iniciaron en Buenos Aires el “Bajofondo Tango Club”, dentro de una tendencia que sintetizaba grabaciones de tango originales (la voz de Goyeneche, por ejemplo), junto a músicos como Adriana Varela y Adrián Iaies, todo envuelto en un clima rave. El “Bajofondo…” editó un disco que ganó un premio Grammy latino en los Estados Unidos, tras lo cual se convirtió en disco de oro en la Argentina. Así como St Germain introdujo el jazz a los loops, estos nuevos proyectos buscaron dar otra vuelta de tuerca en la concepción de la música de Buenos Aires.
A estas nuevas experiencias se sumó toda una nueva generación de músicos interesados en las raíces y en el bandoneón como instrumento de culto. La revitalización del 2x4 fue tal que en en diciembre de 2009 la música de Buenos Aires fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por decisión del Comité Intergubernamental de la UNESCO.
Ha dado también un fuerte impulso al género el Tango BA Festival y Mundial que tan solo en 2012 unas 500.000 personas disfrutaron de su programación con más de 200 espectáculos gratuitos y 487 parejas de 32 países de todo el mundo.
La Ciudad también tiene su radio de tango, la FM 92.7 que difunde la música ciudadana las 24h durante todo el año. Además, todos los años se realiza el Campeonato de Baile de la Ciudad que difunde el rico escenario de milongas de Buenos Aires. Desde 2010 el Tango tiene una sala oficial y exclusiva en la Ciudad: el “Teatro de la Ribera”, en el barrio de La Boca, con programación dedicada a milongas, shows, clases y exposiciones.
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